La Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) registrará mayores conflictos de seguir el crecimiento anárquico, desordenado y especulativo, subrayó el jefe del Departamento de ciencias ambientales de la Universidad de Guadalajara, maestro Miguel Magaña Virgen; por lo que resulta indispensable un ordenamiento en dos frentes: ecológico y en la administración pública.
Por cada metro cúbico de aire en vez de 300 partes por millón de bióxido de carbono, tenemos 400; es decir, estamos generando un cambio climático importante, dijo el también investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), quien añadió que ese crecimiento generará más gasto de energía, más requerimiento de agua y alimentos y disminuirá, por otro lado, la calidad ambiental de la población.
El doctor Aarón Peregrina Lucano, investigador del Departamento de farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, informó que en un estudio, en el que tomaron alrededor de 25 muestras de agua potable de la ZMG, detectaron la presencia de 14 antibióticos y tratamientos hormonales.
Se encontró la ciprofloxacina, por ejemplo, en “una concentración de mil 200 partes por millón, esto significa que es una concentración bastante alta”. Para empezar, no deberían estar presentes dichas sustancias en el agua potable con la que nos bañamos, lavamos la ropa, los trastes o enjuagamos la boca.
Peregrina Lucano indicó que esto habla de algunas deficiencias en el tratamiento de las aguas residuales. Resulta vital mejorar la potabilización con tratamientos químicos y establecer plantas residuales a la salida de hospitales u otros centros de gran congregación de personas. Dijo asimismo que una presencia de estos antibióticos, aunque sea en concentraciones relativamente pequeñas, inducen una resistencia o hipersensibilidad de las personas.